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Hay una muñeca
en el barro y el cristal
nieva sobre ella
dejó una casa
su nombre la recuerda
y los espejos la tocan.
En el pistilo de su pubis
hay una botellita antigua
envuelta en terciopelo
contiene un licor de absenta
en el que habita el Dios de los vicios.
A veces anda lluviosa
con las plumas hasta el suelo
y se queda inmóvil
otras hay algo azul en su vientre de higo
un carretel de azúcar invade su lengua
y charla con todos
posando su boca en cada palabra.
En el centro de sus ojos
gira un pájaro de organdí
lleva una trufa en el pico
y pone huevos de chocolate
cuando nace el amor y se queda.
Mauricio Escribano
. Mauricio Escribano. Santa Catalina. 1966
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